En nuestros peores momentos es cuando el enemigo ataca nuestra identidad y nos pregunta, ¿de quién eres y de dónde eres? Tal vez te has sentido abandonado por la iglesia o por tu familia, pero al Señor no le importa tu pasado, porque Él te compró, Tú le perteneces a Tu Redentor.
La tunica de José era original, lo hacia ser diferente a sus hermanos, así mismo nuestro Padre nos hizo con un diseño original en nuestra identidad, nuestra personalidad, aún en nuestra relación con Él y en eso está nuestro valor.
En los momentos de dificultad y dolor se descubren los verdaderos vacios del corazón. Ningún amor se puede comparar al amor de Dios que lo entrego todo por ti. Necesitamos entender qué es el amor.
Somos escogidos, no merecedores. A veces, como creyentes pasamos pruebas en nuestra mente, llegan pensamientos que traen inseguridades, pero nuestra seguridad está en que hemos sido predestinados a ser hijos de Dios antes de la fundación del mundo.
